Es una verdadera lástima no poder saborear el 100 % del contenido de una botella de cerveza artesanal. Cuando la abrimos, de repente la mitad de la cerveza sale como si fuera la lava de un volcán.

Nos quedamos con la mitad y el mantel de la mesa hecho un desastre.

La mejor vacuna para evitar estos accidentes es degustar una cerveza elaborada con avanzados sistemas de producción que evitan estas situaciones.